Friday, June 05, 2009

Texting, the newest addiction

CanadaI read an article about texting and how it could make kids sick on MacLean’s, and then remembered that I have been planning to write about this for a long while. Particularly, since Santi’s birthday, back in May. At one moment, there were 11 kids around the table, and nine of them (including birthday boy) were either playing video games on their cell phones or sending text messages to kids who weren’t there. Or even worse, to kids who were there!
 
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I didn’t like it one bit. I even told Santi: “Don’t you think it’s incredibly rude that there are kids at your birthday party, yet they all seem more interested in chatting with people who’s not here?”. Santi looked at me as if I had three heads. And he had his reason as this behaviour is –at least for them– expectable and ‘normal’. There are no private conversations or private moments anymore. No matter where you are and who you are with, thou shalt be texting.
 
Most kids are probably oblivious to this, but I think this is a new kind of ‘socially accepted’ addiction. Like cigarettes or drinking before, kids show off their coolness by having the latest model of cell phone, and terms like ‘lmao’, ‘3g’ and ‘roftl’ are normal. They don’t put that thing down at all, and even go to bed with it. Adults are not exempted, and I have friends who will think nothing of sending messages or reading e-mails while doing 120 km/h on the 401 highway. The term ‘Crackberry’ has a reason to exist, after all.
 
Now look at the following comment from MacLean’s:
 

Bad grades, anxiety, sleep problems and even injuries to the hand and fingers may all be caused by the over 2,000 texts a month the average teenager sends. With unlimited text plans from many wireless carriers, it’s easy to send messages in class, leading to distraction—or to get them late at night, leading to sleep problems.

According to one psychologist, texts may even change how teens develop and grow away from their parents, as they can now stay in near-constant communication with mom and pop. Not enough research has been done to reveal what health risks definitely do or don’t exist, but at the very least, doctors say a ring or a buzz every thirty seconds must be bad for the brain.

 
I find the first paragraph revealing. I know many kids who send way too many useless messages (including mine!). I bet there are days when that phone goes to school, and the lack of proper sleep is already a problem. What to do?
 
At least I can say I learned a couple of lessons, that’s for sure. Next time there’s a party at home, guests will have to check their phones at the front door along with their coats. After all, they’re there to see my kid, not to chat with somebody who wasn’t invited. I might not be able to stop this growing –and scaring- tendency, but at least I will have it under control at home.
 
Please check this article on the New York Times for more detail.
 
 
Argentina
Leía un artículo sobre los mensajes de texto y cómo puede causar trastornos de salud a los chicos en MacLean’s, cuando recordé que tenía un post anotado para hacer sobre este tema desde hacía un tiempo. Particularmente, desde el cumple de Santi, en Mayo. En un momento, había 11 chicos alrededor de la mesa, y nueve de ellos (incluyendo al homenajeado) estaban o bien jugando videojuegos o bien enviando mensajes de texto a chicos que no estaban allí. O peor aún, a chicos que estaban allí!
 
No me gustó para nada lo que ví. Incluso le dije a Santi: “No te parece increíblemente rudo que hayan tantos chicos en tu fiesta, que parecen más interesados en hablar con gente que no está aquí?”. Santi me miró como si yo tuviese tres cabejzas. Claro, tenía motivos, ya que esta conducta es –al menos para ellos– esperable y hasta ‘normal’. No existe algo así como una conversación privada o un momento privado. No importa dónde estés o con quién, deberás ‘textear’.
 
image If you haven’t heard of the comic strip ‘Zits’, I recommend you take a look at it, it’s the funniest ever
Si no conocen la tira cómica ‘Zits’, les recomiendo que visiten la página, porque es de las más graciosas que conozco
 
La mayoría de los chicos no se dan cuenta de esto, pero pienso que el texting es una nueva adicción, de las ‘socialmente aceptadas’. Como pasaba con el cigarrillo o el alcohol antes, los chicos demuestran qué tan cool son teniendo teléfonos de última tecnología y términos com 'lmao’, ‘3g’ o ‘rotfl’ son comunes. No dejan ese bichito condenado en paz nunca, y hasta se van a la cama con él. Los adultos no están exceptuados, y tengo amigos a los que no les molesta enviar mensajes o leer e-mails mientras van a 120 km/h por la autopista 401. El término ‘Crackberry’ tiene motivos de sobra para existir, después de todo.
 
Leamos los siguientes párrafos extraídos de MacLean’s:
 

Malas notas, ansiedad, problemas para dormir y hasta lesiones en las manos pueden ser causadas por los más de 2,000 mensajes de texto por mes que envía un adolescente en promedio. Con los planes de texto ilimitado que tienen muchas compañías es muy fácil enviar mensajes desde la clase, lo que lleva a la distracción, o a que se queden enviando y recibiendo hasta muy tarde, lo que les causará problemas para dormir.

De acuerdo con un psicólogo, los mensajes de texto han incluso cambiado la forma en la que los teens se desarrollan y paulatinamente se diferencian y alejan de sus padres, porque ahora pueden permanecer en un estado de comunicación cuasi-constante con papá y mamá. No se ha hecho aún suficiente investigación como para revelar si existen o no riesgos para la salud, pero por lo pronto los doctores dicen que un ring o una vibración cada 30 segundos debe ser mala para el cerebro.

 
El primer párrafo me pareción revelador. Conozco muchos chicos que envían demasiado mensajes inútiles y sin significado (incluyendo al mío!). Apuesto a que hay muchos días en los que ese teléfono va a la escuela, y no tengo dudas de que la falta de sueño ya es un problema. Qué hacer?
 
Puedo decir que al menos yo aprendí un par de lecciones. La próxima vez que haya una fiesta en casa, los teléfonos serán recolectados junto con los abrigos en la puerta. Después de todo, ellos están en casa para ver a mis chicos, no para charlar con alguien que no fue invitado. No creo que yo pueda parar esta tendencia creciente –y que asusta-, pero al menos la voy a tener bajo control en casa.
 
Pueden leer este artículo en el New York Times para más información.
 
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11 comments:

  1. I'm trying out a new way to leave comments today. I hope I don't complicate things for you!

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  2. Gabriel
    Yo tambien estoy asombrada. Tengo amigos de mi edad que hacen exactamente eso. No sólo mandan mensajes a quienes no estan sino que también a otros que estan sentados a unos metros de ellos. Es terrible.

    Te van a odiar cuando recolectes los teléfonos!

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  3. Nah, no importa. De todos modos ya es hora de que se termine ese mito de que yo soy un 'padre cool'! :-)

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  4. Recolectar los teléfonos ?
    Veo dos alternativas:
    1 - Que en vez de darte los teléfonos te rajen a vos.
    2 - Que se queden todos afuera, como los que salen a fumar, vió.

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  5. Help! My wife has a texting addiction!?

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  6. Good luck, bro.

    Pienso que es una de esas cosas contra las que es dificil luchar, pero vale la pena el intento.

    El problema adyencente seria que para la proxima los chicos digan:"Not Santi's. Dad ogre", o pior... eso si, via SMS.

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  7. toy d acurd.no mas sms..:):):):)

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