There were many stories of confusions and cases of mistaken identities. I'll start by telling you this one, which happened when they were adults already: my father was playing poker with some friends, and Dad was winning big time. Among those friends was the owner of a pharmacy, who once he lost all of his money left to work, as he had to open for the overnight shift (pharmacies used take turns to stay open through the night, and they would take care of you through a tiny window).
That same night, and at the other end of town, my uncle Enrique couldn't sleep because of a very bad tooth ache. Desperate, he got on his car and went out looking for an open pharmacy. It was really late at night, and it was winter, so Necochea looked like a ghost town. He ended -well, of course- at the pharmacy owned by my father's friend.
Still under excruciating pain, he rang the bell and a few second the lights went on. The little window opened and the sleepy owner of the pharmacy looked at him. Thinking that Enrique was my dad, he said to him, pretending to be really angry:
- I won't sell anything to you, you @$@#$@!. Be a man and go back home!!
My uncle Enrique almost kicked the door down!! :-)
My Dad with Juan and Santi - Jan/2005
Historias de confusiones hubo muchas y muy divertidas. Empezaré con esta, ya de cuando eran adultos: mi padre y algunos amigos habían estado jugando al poker, y Papá los había dejado 'secos'. Entre los amigos se encontraba un farmacéutico, que luego se había tenido que ir a trabajar, ya que su farmacia estaba 'de turno' (es decir que atendía durante la noche, a través de una ventanita).
Esa misma noche, y en la otra punta de la ciudad, mi tío Enrique no podía dormir por un terrible dolor de muelas. Desesperado, tomó su auto y salió a buscar un farmacia abierta a eso de las 4 AM. Era invierno, asi que la ciudad estaba desierta. Por supuesto terminó en la farmacia del amigo de mi viejo.
Enloquecido por el dolor, tocó el timbre y al ratito se prendió la luz. Se abrió la mirilla y asomó la cara del farmacéutico que, pensando que se trataba de mi viejo le dijo fingiendo gran enojo:
- A vos no te vendo nada, maricón. Aguantátelas y volvete para tu casa!!
Poco faltó para que mi tío Enrique le tirara la puerta abajo!!
JAJAJAJAJAJJAJAJAJA Es divertido ser gemelos :P Si no lo sabré! Espero que escribas más anécdotas, se ve que la pasaban bien :D
ReplyDeleteHa! Great story, Gabriel. And guess what? My dad is an identical twin, too! One more thing we have in common. :)
ReplyDeletehacía mucho que no pasaba por acá, bueno, no pasaba por ningún blog, incluído el mio
ReplyDeletebuenísima tu historia, relatas con una cotidianeidad excepcional
te mando un beso
Gabriel! qué buenas anécdotas, jaja! El abuelo podría relatarte un par más, aunque él siempre le agrega su cuotita de exageración para que los hechos sean más excepcionales... :)
ReplyDeleteUn beso!!!!!!!!!!!!!