(En español más abajo)
Well, it’s been a little more than two months since my surgery and things are going very well, although there still are a few bumps in the road to recovery. I have lost a little over 60 lbs since I started this journey, slightly more than 40 since the surgery date. While I am happy to see how clearly my health has improved, I am also struggling with a few things; some are mundane, almost trivial, and some are demanding a big deal of patience from both my family and myself.
First of all, I have already moved from XXL to XL, and the other day I found myself wearing a large hoodie, that I thought was mine but in reality belonged to either Santi or Juan. Same happens with my pants, I have gone down at least 4 sizes, which has rendered all of my current wardrobe pretty much obsolete. There are a few things (polo jerseys, a couple of dress pants) that I will be able to keep, but the rest will have to be donated because they look huge on me, and I’m still losing weight.
But trying to figure out how much I will have to spend on new -or used- clothes is not my biggest issue. The problem that I’m facing right now is that I’m still unable to eat most solids. My surgeon had a very clear explanation to what is going on, and why I should expect this to happen right now: it’s related to the new sphincter they had to create, which connects my new stomach pouch with my intestine. Originally the size of a nickel, it has shrunk temporarily due to the normal healing process, so it’s roughly the size of a dime right now. This causes some discomfort when I try to eat solid food, especially -to my chagrin- white meat, eggs and some grains (all of them in my ‘favourite foods’ list). Tired of having to leave the table because I got sick after chewing just two bites of a delicious tilapia filet, I have gradually moved back to those things that I can eat and I have no problems tolerating: cheese, milk, yogurt, cream soups, jello, rice (especially rice soup), puddings, boiled potatoes, etc. Among the very little solids I’m able to eat without problems, we can find some cookies and crackers, and my newly discovered and very appreciated Ryvita snack bread, which tastes great with cottage cheese, margarine or jam.
The rest, well, the rest will have to wait. It frustrates me not being able to eat all of the stuff that I’m supposed to be eating already, but I have no other alternative than waiting until I can tolerate them better. In the meantime, I see schnitzels, baked potatoes, empanadas and other things I really enjoy at the table and I just simply ignore them because I know they will make me sick.
It’s not easy at all, but I already knew this was going to be a long process…
Bueno, ya han pasado poco más de dos meses desde mi cirugía y las cosas van muy bien, aunque todavía tengo algunos saltos en el camino a la recuperación. Ya he perdido poco más de 60 libras desde que comencé este camino, y unas 40 desde el día de mi operación. Si bien estoy muy feliz de ver cómo ha mejorado mi salud, también aún tengo algunos problemitas; algunos son mundanos, casi triviales, y otros están demandando mucha paciencia de mi parte y también de mi familia.
Para empezar, he bajado del talle XXL al XL, y el otro día hasta me encontré con un buzo tamaño Large, que pensé que era mío pero resultó ser ya sea de Santi o más posiblemente de Juan. Lo mismo pasa con mis pantalones, he bajado 4 talles, lo que ha hecho que gran parte de mi guardarropa ya sea obsoleto. Hay algunas cositas (chombas piqué, algún pantalón de vestir) que todavía podré conservar, pero el resto va a tener que ser donado porque me quedan enormes, y yo aún sigo bajando de peso.
Pero tratar de figurar cuánto tendré que gastar en ropa nueva -o usada- no es mi problema mayor. El asunto que me tiene desvelado por estos días es que sigo sin poder comer sólidos. Mi cirujano tuvo una explicación muy clara de lo que pasa, y por qué debiera esperar esto que pase en estos días: está relacionado al nuevo ‘píloro’ que me hicieron, que conecta mi ‘estomaguito’ con mis intestinos. Orignalmente era del tamaño de un ‘nickel’ (la moneda de 5 centavos), pero se ha hecho más angosto debido al normal proceso de cicatrización, lo que lo ha llevado al tamaño de un ‘dime’ (la moneda de 10 centavos, bastante más chiquita que la otra). Esto me cause molestias cuando trato de comer comida sólida, especialmente -para mi frustración- carnes blancas, huevos y cereales (todos ellos en mi lista de ‘comidas favoritas’). Como ya estoy cansado de tener que levantarme de la mesa porque me descompuse luego de haber masticado apenas dos bocados de un delicioso filet de tilapia, de a poquito me he vuelto a mi zona de confort y como más que nada aquellas cosas que no tengo problemas para tolerar: queso, leche, yogurt, sopas de crema, gelatina, arroz (especialmente en sopa), postres de vainilla, papa hervida, etc. Entre los poquitos sólidos que puedo comer sin problemas, hay algunas galletitas y mis recientemente descubiertas y muy apreciadas galletas Ryvita, las que son muy ricas con queso cottage, margarina o mermelada.
El resto, bueno, el resto tendrá que esperar. Me frustra no poder comer todas esas cosas que ya debiera estar procesando sin problemas, pero no tengo más alternativa que esperar a que las pueda tolerar mejor. Mientras tanto, veo milanesas, papas al horno, empanadas y otras cosas que me gustan mucho en la mesa y simplemente las ignoro porque sé que si las comiera estaría vomitando a los cinco minutos.
No es nada fácil hacer eso, pero bueno, yo ya sabía que este proceso iba a ser largo…
My hair. But I was told it will come back soon! Right? RIGHT?
Me había olvidado de mencionar otra consecuencia de mi rápida pérdida de peso…
Mi cabello. Pero me dijeron que me va a volver a crecer pronto! Verdad? VERDAD?
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