Doing your groceries at the farm

(En español más abajo)

 

One of the little pleasures of our everyday lives in Waterloo is going out to the farm to buy eggs. It only takes about 15 minutes of driving from anywhere in the K-W urban area to find yourself in the middle of the old country, where big farms preside over the undulating landscape. It's a beautiful view.

We went to one of these farms on Saturday, along with Gaby and Juan. Gaby needed to buy lots of eggs to deal with a big order of empanadas she had to prepare, and me and Juan just tagged along. We got inside to proceed with the purchase, while Juan was playing with the little cows outside.

Cellphone quality, it’s far from great – Calidad de celular, no está muy buena 

The procedure for buying the eggs is simple, it's based on the 'honour system'. You just take whatever you need from the fridge, and then calculate what is the total amount you owe using the reference tables on the walls. Then you just deposit the money in the jars, taking the change as needed. Very easy to explain, absolutely impossible to implement in most places I know (like home). The prices are somewhere between 50% and 60% of what you would pay at the supermarket.

This farm had eggs only, but there are of course others that offer all kinds of fruits, vegetables, flowers and even some deli products like summer sausages, all operating under the same 'honour' system. There's a tomato farm just around the corner from where we were that has tomato plants that are over 3 metres tall! I will make sure I take pictures next time I go, because it's really impressive!

We had baked potatoes with fried eggs for dinner on Saturday, they tasted like glory!

 

 

Uno de los pequeños placeres diarios de vivir en Waterloo es salir a las granjas a comprar huevos. Sólo lleva 15 minutos de manejo desde cualquier punto del área urbana de K-W para encontrarse en el medio del campo, donde enormes granjas presiden sobre el terreno ondulado. Es una vista hermosa.

 

Fuimos a una de estas granjas el sábado, junto con Gaby y Juan. Gaby precisaba comprar muchos huevos porque tenía un pedido grande de empanadas, y Juan y yo fuimos como compañía. Entramos a hacer nuestra compra, mientras Juan se quedó afuera jugando con los terneritos que descansaban en sus 'cuchas' de plástico.

El procedimiento para comprar los huevos es simple, y se basa en el 'sistema de honor'. Uno toma lo que necesite de la heladera, y luego calcula el monto total de la compra usando las tablas que se encuentran en la pared. Finalmente, depositamos el dinero correspondiente en dos tachitos que hay allí (uno para plata y el otro para monedas) y sacamos el cambio que haga falta. Muy simple de explicar, imposible de implementar en la mayoría de los lugares que conozco (como en mi país de origen). Los precios siempre están entre un 50% y un 60% de lo que uno pagaría en el supermercado.

Esta granja sólo tiene huevos, pero hay otras que por supuesto ofrecen toda clase de frutas, verduras, flores y hasta algunos fiambres como 'summer sausages', y que también operan bajo el 'sistema de honor'. Hay una granja justo a la vuelta de donde fuimos, que tiene plantas de tomates de más de tres metros de altura! La próxima vez que vaya voy a sacar fotos, porque es realmente impresionante.

El sábado cenamos solamente papas al horno con huevos fritos. Fue la primera vez en lo que va del siglo en que mis cuatro hijos estuvieron de acuerdo con algo, la cena fue espectacular!

 

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